El Magnesio es un componente esencial para obtener una fertilización adecuada.
Es el átomo principal de la molécula de clorofila, que a su vez es responsable de la fotosíntesis.
Por lo tanto, es uno de los elementos esenciales del metabolismo energético de los cultivos.
La importancia del Magnesio
El Magnesio juega un papel esencial en la síntesis, el transporte y el almacenaje de los azúcares. La carencia de Magnesio puede provocar que la glucosa se almacene en las hojas en lugar de en los otros órganos (raíces, semillas, frutos…). Dicha carencia puede limitar las capacidades de absorción de la planta, su crecimiento y su nivel de resistencia al estrés hídrico.
Además, el Magnesio previene la toxicidad del aluminio, ya que contribuye a la síntesis de los ácidos orgánicos protectores que limitan sus efectos tóxicos. Asimismo, también es uno de los componentes de las pectinas y de las fitinas, que forman parte de la estructura de la pared celular vegetal. Ambas constituyen un depósito de fosfatos que intervienen en la germinación de las semillas.
Por último, el óxido de Magnesio es particularmente eficaz para incrementar el pH del suelo.
Interacciones con el suelo
La disponibilidad de Magnesio puede llegar a ser muy baja dependiendo del tipo de suelo: algunos suelos arenosos (arenas sedimentarias, arenisca, determinados granitos, etc.), suelos calcáreos y limosos con un contenido de arcilla superior al 15%.
El Complejo argila-húmico (CAH) prácticamente no retiene Magnesio, que se drena con relativa facilidad. Las pérdidas pueden llegar a alcanzar hasta 100 kg MgO/ha/año. El Magnesio, al igual que el calcio, contribuye a la formación de los puentes catiónicos que constituyen el Complejo argila-húmico, una estructura que es fundamental para obtener un “suelo agrícola óptimo”.
Interacciones con otros elementos
Un aporte excesivo de potasio (K o K2O) y de calcio (Ca o CaO) puede limitar la absorción de Magnesio (ya que actúan como antagonistas del CAH) incluso aunque este estuviese disponible en el suelo. Esto puede llegar a provocar una carencia de Magnesio.
La relación K/Mg, en prácticamente todas las especies, debería situarse entre 0,8 y 2. Es esencial tener en cuenta el Magnesio durante la fertilización para garantizar la productividad.
Carencia de Magnesio
Las hojas empiezan a mostrar los síntomas de la carencia de Magnesio al cabo de 2 o 3 semanas. Por lo tanto, dicha carencia puede pasar inadvertida hasta que ya tiene consecuencias graves.
Las hojas más maduras son las que resultan afectadas primero. Las hojas pierden color y se vuelven amarillas (o rojas cuando los efectos son más graves) pero los nervios se mantienen verdes. Esta enfermedad se conoce como clorosis invernal.
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